Los inversores de Cardano se dividen mientras el cansancio del mercado se hace sentir

Cardano muestra un impulso debilitado. Su precio sigue bajo presión tras varias semanas de caída, y algunos inversores minoristas están reduciendo gradualmente su exposición. Sin embargo, los grandes poseedores de la cripto ADA están fortaleciendo sus posiciones mientras que las billeteras pequeñas disminuyen las suyas. Esta divergencia entre la actividad de los grandes inversores y la de los minoristas suele aparecer en la fase final de una tendencia bajista.

Las ballenas aceleran mientras los minoristas se desconectan

Las cifras recientes de Santiment revelan una dinámica casi contraintuitiva en Cardano. Por un lado, las billeteras minoristas liquidan sus posiciones, cansadas de dos meses de caída. Por el otro, los grandes poseedores o aquellos que nunca toman decisiones sin convicción están acumulando.

En septiembre, la cripto Cardano (ADA) se recuperaba a pesar del pesimismo récord de los inversores. La tendencia actual indica que desde el 1 de noviembre, las billeteras que poseen entre 100,000 y 100 millones de ADA han incrementado sus reservas en aproximadamente 26,770 ADA. Nada espectacular, pero lo suficientemente constante como para llamar la atención. Esta absorción lenta es típica de los períodos en los que el miedo domina el mercado.

Mientras tanto, las billeteras pequeñas que tienen menos de 100 ADA han visto reducirse sus saldos en un total de aproximadamente 44,751 ADA. De hecho, los inversores impacientes salen en el peor momento, mientras que los inversores experimentados entran precisamente cuando el cansancio alcanza su punto máximo.

Esta divergencia suele aparecer justo al final de una tendencia bajista, en un momento en que nadie se atreve a creer en una reversión. Y suele ser allí donde los guardianes de la liquidez reescriben el próximo capítulo del mercado.

Cardano: un precio estancado pero un mercado perdiendo fuerza

El gráfico no inspira mucha confianza en Cardano. La cripto ADA ronda los $0.40, atrapada en una estructura descendente. Los compradores no aparecen, los vendedores se debilitan pero siguen presentes.

El índice RSI cripto, estancado alrededor de 40, ilustra perfectamente esta situación. La presión bajista sigue presente, pero ya no tiene la fuerza que tenía en septiembre u octubre. Aún más interesante, ADA no ha roto ninguno de sus soportes principales. Se desliza, sí. Pero no colapsa.

Esta desconexión entre el precio y los fundamentos on-chain merece ser destacada. A menudo, este tipo de estancamiento señala una zona de transición. El mercado toma aire, las posiciones se reequilibran y las señales débiles se vuelven más importantes que el ruido del gráfico.

Para esta cripto, las reversiones históricas ocurrieron cuando convergieron tres condiciones. Primero, las ballenas acumulan; luego los minoristas venden por miedo; y Bitcoin se estabiliza, ofreciendo un terreno neutral para las altcoins.

Actualmente, ya se cumplen dos condiciones. La tercera depende enteramente del mercado global: un Bitcoin aún sacudido por la incertidumbre macroeconómica y la volatilidad post-FOMC. Mientras BTC oscile, la liquidez disminuye y las altcoins, incluida ADA, carecen de impulso.