Peter Schiff, economista estadounidense y uno de los mayores defensores del oro frente a Bitcoin, volvió a encender las alarmas en X (antes Twitter). Según su nueva publicación, las pérdidas que enfrentarán los inversores de criptomonedas «serán asombrosas», y podrían incluso superar las sufridas durante el estallido de la burbuja puntocom a comienzos de los 2000.
«Se perderá más dinero en esta burbuja que cuando explotó la puntocom. Pero si esto refleja una aversión general al riesgo, cuidado con la burbuja aún mayor de la inteligencia artificial», escribió Schiff, sugiriendo que el ciclo de euforia especulativa podría estar a punto de agotarse.
El comentario llega mientras Bitcoin intenta mantener el soporte psicológico de los $100.000 en un entorno de volatilidad creciente. Para Schiff, el actual ciclo alcista no responde a fundamentos sólidos, sino a un exceso de liquidez y a la especulación institucional impulsada por el auge de los ETF.
Su postura se mantiene firme: el oro es reserva de valor, mientras que Bitcoin sigue siendo, a su juicio, «una burbuja sin respaldo tangible».
De las criptomonedas a la inteligencia artificial
Más allá del mercado cripto, Schiff amplió su advertencia al sector de la inteligencia artificial, que considera la próxima gran burbuja global.
Su mensaje sugiere que el mismo patrón de sobrevaloración, narrativas exageradas y capital especulativo que infló el mercado cripto se está replicando en las acciones tecnológicas relacionadas con IA.
Compañías como Nvidia, OpenAI y otras startups del sector han alcanzado valuaciones que muchos analistas comparan con los excesos del Nasdaq antes del año 2000. Schiff cree que, cuando el apetito por el riesgo se revierta, la corrección en el sector tecnológico podría ser incluso más severa que la del mercado cripto.
Si este cambio de sentimiento se confirma, el impacto podría extenderse a fondos de inversión, capital de riesgo y empresas que dependen de financiamiento especulativo. Bitcoin volvería a quedar en el centro del debate sobre si realmente puede funcionar como «oro digital» en un contexto de ajuste y menor liquidez.
Por ahora, el mensaje de Schiff se instala como una advertencia para todos los mercados impulsados por la euforia: la historia demuestra que las burbujas, tarde o temprano, siempre terminan explotando.
