La apuesta de 653 millones de dólares en bitcoin se enfría: el debut en Wall Street del mentor cripto de Trump termina en fracaso

Autor original: Nina Bambysheva, Forbes
Traducción original: Luffy, Foresight News

En palabras de David Bailey, los últimos seis meses han sido una “batalla brutal al estilo de Rescatando al Soldado Ryan”. Este CEO de 35 años de Nakamoto Holdings —una tesorería digital que fundó para gestionar las reservas de bitcoin de empresas— ha sido testigo de su apuesta más audaz: la fusión con la pequeña empresa médica cotizada KindlyMD de Utah, que pasó de una victoria inicial a una dura prueba actual.

“He estado ocupado recibiendo golpes en el mercado de valores”, dijo. El precio de las acciones de la empresa se desplomó de 25 dólares a 0,92 dólares en seis meses.

Bailey no es el típico ejecutivo de una empresa cotizada en Nasdaq. Es más conocido como CEO de Bitcoin Magazine, organizador de la mayor conferencia de bitcoin del mundo y también como una figura clave en el cambio de postura de Donald Trump hacia las criptomonedas. “Nuestro objetivo”, afirma, “es convertirnos en la empresa número uno de bitcoin en el mundo”.

En mayo de este año, KindlyMD de Utah —un operador de clínicas médicas cotizado con ingresos anuales de 2,7 millones de dólares que ofrece terapias tradicionales y alternativas— anunció una fusión inversa con Nakamoto Holdings de Bailey, con la intención de transformarse en una empresa holding de bitcoin. La empresa fusionada cotiza en Nasdaq bajo el ticker NAKA y actualmente posee bitcoin por un valor aproximado de 653 millones de dólares.

Wall Street no ve con buenos ojos los planes de Bailey. Tras alcanzar un máximo cercano a los 35 dólares en mayo, las acciones de la empresa cotizaron la mayor parte de octubre por debajo de 1 dólar, con un descuento del 98% respecto al valor neto de los 5.765 bitcoins en su balance.

Resulta que Nakamoto Holdings es víctima de su propia estrategia de financiación. Para recaudar fondos para comprar criptomonedas, la empresa realizó una serie de operaciones PIPE (Private Investment in Public Equity) en el mercado abierto, por un total de unos 563 millones de dólares. Estas operaciones emitieron cientos de millones de nuevas acciones a inversores privados con grandes descuentos, diluyendo significativamente la participación de los accionistas existentes. En septiembre, una gran cantidad de acciones PIPE quedaron desbloqueadas y los inversores se apresuraron a vender para asegurar ganancias, provocando el colapso del precio de las acciones. Además, una carta de Bailey a los accionistas instando a los especuladores a corto plazo a abandonar las acciones solo avivó el fuego.

“Los inversores que solo vienen a hacer trading en realidad son una fuente de capital muy costosa para nosotros”, dijo Bailey. “Sé que algunos no están de acuerdo con este punto de vista, pero lo que necesitamos son socios alineados a largo plazo. Para nosotros, esto es una apuesta a todo o nada”.

De hecho, Bailey afirma que pronto integrará otras de sus empresas —incluyendo Bitcoin Magazine, la conferencia de bitcoin y la empresa matriz de consultoría BTC Inc., así como UTXO Management, que posee el hedge fund 210k Capital y la firma de capital riesgo 2140— en KindlyMD. Forbes estima que estas entidades podrían añadir hasta 200 millones de dólares de valor a la tesorería de bitcoin, además de aumentar la participación de Bailey (actualmente del 3%).

Bailey no comentó los datos de Forbes, pero señaló que el flujo de caja de estos negocios rentables ayudará a KindlyMD a comprar más bitcoin. Según fuentes cercanas, solo los activos bajo gestión de 210k Capital han crecido silenciosamente de unos 100 millones de dólares en enero de este año a 400 millones de dólares, cuadruplicándose.

La lógica de este emergente financiero es sencilla: Michael Saylor posee más de 600.000 bitcoins y no tiene ni necesita muchos negocios operativos. Otros jugadores deben tener estrategias diferenciadas para justificar su existencia.

“Tenemos que hacer cosas que creen valor”, dice Bailey. “Operar empresas reales es una de esas formas”.

Aunque la sede de KindlyMD está en Salt Lake City, Utah, Bailey trabaja principalmente desde su casa en Guaynabo, Puerto Rico. En las videollamadas, suele sentarse frente a una enorme pintura de un banco envuelto en llamas. La obra es del artista cripto Cypherpunk Now y es una de las cientos de piezas de la colección de Bailey, titulada “El banco en llamas”.

“Cada vez que me reúno con banqueros, me aseguro de que la pintura esté de fondo”, dice riendo. Para alguien que quiere construir su propio banco, la escena no podría ser más apropiada.

Bailey creció en una granja en Fayetteville, Tennessee, a una hora al sur de Nashville. Desde joven se interesó por el dinero y los mercados. En 2009, ingresó en la Universidad de Alabama para estudiar economía, finanzas y matemáticas, decidido a convertirse en banquero de inversión.

“Era un súper fan de Warren Buffett y asistía a todas las juntas de accionistas de Berkshire Hathaway cuando estaba en la universidad. Jamás pensé que compraría bitcoin, era completamente opuesto a lo que era entonces”, recuerda.

En 2012, un amigo le envió un artículo sobre bitcoin y todo empezó a cambiar. Al principio, Bailey pensó que bitcoin era una estafa, pero no pudo demostrarlo. En noviembre de ese mismo año, cuando el precio de bitcoin oscilaba entre 10 y 12 dólares, hizo su primera inversión.

En 2014, un año después de graduarse, Bailey se unió a Bitcoin Magazine, una de las primeras publicaciones centradas en esta naciente criptomoneda, cofundada por Vitalik Buterin, quien más tarde crearía Ethereum. Poco después, Bailey y su amigo de la universidad, Tyler Evans, adquirieron la revista a través de BTC Inc., empresa que fundaron juntos.

Para ampliar la influencia de la marca, en 2019 lanzaron la conferencia de bitcoin. Este evento festivo se ha convertido en el “Coachella” del mundo cripto y ha hecho de Bailey uno de los evangelistas más influyentes de bitcoin. El año pasado, la conferencia en Nashville atrajo a 35.000 creyentes, inversores y políticos, incluido el entonces candidato presidencial Donald Trump.

Bailey cuenta que su relación con Trump comenzó en una conversación en Puerto Rico en 2024: cómo despertar el interés del presidente por bitcoin. “Paul Manafort fue el primer intermediario que nos ayudó a entrar en su círculo”, dice. Pronto, el equipo de Bailey recibió permiso para hacer una presentación en la Trump Tower. El mensaje clave era simple: los votantes de bitcoin serían decisivos en las elecciones presidenciales. Trump, siempre hábil negociador, accedió a reunirse: si Bailey y sus amigos podían aportar votos y entusiasmo, la industria cripto tendría voz.

“Trump convierte todo en una temporada de ‘El Aprendiz’, siempre estás en una audición”, añade. “‘¿Quieres ser asesor de bitcoin? Traeré a tres personas más para competir por el puesto’”. Finalmente, Bailey ganó y, junto a líderes del sector, recaudó más de 100 millones de dólares para la campaña de Trump; solo la conferencia de Nashville recaudó 21 millones. En ese evento, la famosa promesa de Trump —convertir a EE.UU. en la capital mundial de las criptomonedas— se hizo ampliamente conocida.

“Al principio estaba muy inseguro, pero los vítores del público le hicieron cambiar de actitud. Al salir dijo ‘A estos entusiastas de bitcoin les gusto, son mi gente’”, recuerda Bailey. Ahora es asesor informal del presidente. Según él, Trump simplemente se dio cuenta de que las criptomonedas recibían un trato diferente al de cualquier otra clase de activos (después de las elecciones, Trump ya ha ganado cientos de millones de dólares con las criptomonedas). Bailey cree que el objetivo ahora es crear un entorno competitivo justo y, en última instancia, convertir a EE.UU. en el país más amigable del mundo para los negocios con bitcoin.

Bailey afirma que, en sus 13 años de carrera, ha invertido en más de 100 empresas relacionadas con bitcoin, entre las que destacan Metaplanet y Smarter Web, que convirtieron millones de dólares en inversiones en retornos de cien veces. Dice que las recompensas no son solo financieras: las buenas ideas se replican. “Si miles de empresas de bitcoin prosperan, habremos ganado”.

Esta visión a largo plazo, inspirada en Buffett, es la que ahora impulsa el desarrollo de KindlyMD. Bailey imagina convertirla en una gran holding con filiales rentables y operativamente independientes. Para él, no es solo una estrategia de inversión, sino una repetición de la historia monetaria. Lo que llama el “patrón bitcoin” remite a la evolución del oro: las casas de cambio de metales preciosos se convirtieron en bancos, luego en bancos centrales y bancos de inversión. Según él, las tesorerías de bitcoin actuales son las casas de cambio digitales de esta era, evolucionando hacia nuevos tipos de bancos.

KindlyMD está impulsando esta transformación. La empresa ya ha invertido en otras holdings de bitcoin, como la japonesa Metaplanet y la neerlandesa Treasury B.V. “Imagina incubar un ETF”, explica Bailey. “Eso es exactamente lo que estamos haciendo: incubando estos ETF de gestión activa en forma de acciones empresariales a nivel global”. Por supuesto, como otras nuevas tesorerías cripto, Bailey ha evitado la supervisión de la SEC sobre los ETF y las IPO al entrar en el mercado público.

Aunque la “presentación” de KindlyMD en Wall Street fue un fracaso, a Bailey no le preocupa demasiado. “Lo mejor de bitcoin es que es muy indulgente, puedes cometer errores en tu carrera y volver a empezar,” dice Bailey.